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Foto del escritorCarlos

A alguien le tiene que doler

Salí a tomarme unos tragos con mi amigo Javier, es un emprendedor de los buenos y tiene todo su foco en un taller de vehículos en la ciudad donde Vivo en Santiago, llegué a su taller a eso de las 20:00 hrs y el estaba terminando lo que había sido una jornada intensa de 12 horas, como muchas de las que le toca vivir. Nos tomamos el tiempo de hablar largamente acerca del día a día en el taller, de las anécdotas y de los vehículos que van y vienen, al igual que él soy un apasionado por los autos y conversar de cambio de repuestos o reprogramaciones de performances es el sinónimo de una buena conversación para mí.


Manejar un negocio con muchas personas a cargo y con mucha responsabilidad de cara al cliente (ellos siempre querrán su auto con el servicio hecho rápido, perfecto y ademas barato) es algo que puede agotar a cualquiera. Cada uno de tus empleados es un mundo de aventuras, enseñanzas y claramente de desafíos. Y cada uno de los clientes también es un mundo en sí mismo.


Cuando conversábamos de como hacerle frente a todo esto, y de donde mi amigo saca las energías para lidiar con todo el manejo del taller, día tras día, semana tras semana, en medio de la pandemia, (uno pensaría que el dueño de un taller grande como este, estaría en la playa mientras el negocio le fabrica billetes para su siguiente Pisco Sour).


Salió a la luz lo que hoy quiero compartir con ustedes algo que es muy recurrente en los emprendimientos; en Chile tenemos un dicho, “el ganado engorda a los ojos del dueño” O en otras palabras para que los negocios funcionen deben tener a alguien encima todo en todo momento y nadie mejor que tu mismo, no pienses que vas a armar tu idea y esta va a funcionar sola, debes si o si involucrarte para que ocurra como debe ser.


En mi vida he incursionado en bastantes emprendimientos y la clave del avance de ellos siempre esta en la dedicación y tiempo que uno como fundador le puede poner o la que los miembros de tu equipo le pondrán, lo que debes saber desde ya, es que ellos jamas podrán poner el mismo corazón que tú, no porque sean malos o nada por el estilo es solo porque no son tú, no aman ni valoran la idea como tú, acá es donde tu papel se reduce a 2 puntos, primero buscar personas que tengan una visión similar en torno a la idea que estas ejecutando, si pones un vegetariano a atender tu carnicería, créeme que no tendrá el entusiasmo que tu tienes y la segunda contágiales tu entusiasmo creando una cultura en tu negocio, una de la cual se sientan reconocidos y orgullosos todo esto ayudara a cerrar esa brecha de “pasión” que puede haber y a que ellos empujen el carro quizás no con la misma fuerza que tu, pero de seguro en la misma dirección.


Otra cosa que debes saber es que si tu emprendimiento es: “algo adicional”, “para ganar un poquito mas”, “un side hustle” ten por seguro que nunca podrá crecer como algo que tenga el 100% de tu foco. Y esto es .... en palabras de Javier porque el negocio "a alguien le tiene que doler", si no trabajas no comes, si no trabajas no llegas a fin de mes, si no abres la cosa no anda. Esa es una forma de ver cómo se forma la motivación, y a nadie le duele mas que a ti. Enfócate y avanza por tu sueño!


Gracias a Javier por Inspirar esta entrada y si quieren ir al taller atendido con el corazón del dueño visiten www.boxescarcenter.cl



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